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A la lanza de la transformación digital, desde Henkel te contamos qué es Copilot como nuevo sistema de inteligencia artificial (IA) y cuáles son las funciones que pueden ayudarte a realizar tu trabajo diario.
El nombre en inglés ya nos dice mucho: “copilot”, es copiloto, es decir el que ayuda a pilotar. Un asistente que no lidera, pero sí facilita tareas que tengan que ver con el lenguaje y el procesamiento de textos o, también, la escritura de código de programación.
Copilot funciona con OpenAI Codex, el mismo “motor” en el que se basa el conocido ChatGPT, y fue desarrollado por GitHub uno de los mayores portales del mundo para alojar el código abierto, que en junio de 2018 fue adquirido por Microsoft.
Así, si desde GitHub siguen ofreciendo a los programadores la posibilidad de escribir código de manera mucho más eficiente, Microsoft ha aplicado Copilote a la suite de ofimática ofreciendo tanto a empresas como a particulares la posibilidad de incrementar exponencialmente su rendimiento gracias a sus prestaciones.
Como asistente, lo que hace es intentar “adivinar” lo que estás haciendo para completarlo, ya sea escribir un mail o un programa. Es decir, “lee” e “interpreta” lo que escribes primero para “entender” lo que haces y la intencionalidad para luego poder completarlo y finalizar el trabajo por ti.
De todas formas, como con el uso de cualquier tecnología, es imprescindible una revisión final para evitar la divulgación de información errónea o contenido inapropiado.
Copilot es una herramienta para potenciar y agilizar el trabajo. Estos son algunos ejemplos de aplicaciones concretas:
Así, aunque ambas tecnologías comparten una importante base en su tecnología y tienen prestaciones impresionantes, se han adaptado y especializado para propósitos diferentes: ChatGPT para la interacción conversacional y Copilote para la asistencia en tareas de redacción y/o programación.
Microsoft anunció que el coste por usuario sería de 30 euros al mes, un precio mucho más alto del que se esperaba. Otro punto crítico, al menos de momento, parece ser también la dificultad de Copilot para aprender y adaptarse a las peculiaridades de cada usuario, lo que dificulta que los documentos generados puedan pasar por textos escritos 100% por una persona real.
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