Descubre las marcas de nuestras unidades de negocio: Adhesive Technologies y Consumer Brands.
La sostenibilidad es uno de los principales pilares de Henkel. Llevamos décadas apostando por el desarrollo de innovaciones sostenibles; esto significa que cada nuevo producto o tecnología que lanzamos al mercado tiene que impactar en alguna de las áreas focales establecidas en nuestra estrategia de sostenibilidad, donde perseguimos ser tres veces más eficientes mientras aumentamos nuestro valor y reducimos la huella medioambiental que producimos. Para indagar en más detalle sobre cómo entendemos la sostenibilidad y cómo la aplicamos a nuestras marcas de detergentes, hablamos con Xavier Closa, responsable de I+D de Laundry & Home Care de Henkel Ibérica.
En Henkel entendemos la sostenibilidad en base a la definición que ha adoptado la Comisión Europea sobre el desarrollo sostenible. En el Informe Brundtland de 1987 titulado «Nuestro futuro común» de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo se define desarrollo sostenible como: «aquel desarrollo que satisface las necesidades actuales sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades». Trata de conciliar el desarrollo económico con la protección del equilibrio social y medioambiental.
Aplicado no solo a nuestros detergentes y productos de limpieza, si no en general a todos nuestros productos y servicios en todas las áreas de negocio (Beauty Care y Adhesive Technologies), Henkel definió en 2010 su política de sostenibilidad, bajo el título de “Factor 3”. En ella nos marcamos como objetivo para 2030 conseguir que el valor de nuestros productos triplique la huella medioambiental de nuestras operaciones, productos y servicios. Para ello, todos los productos y servicios deben contribuir al menos en una de las 6 áreas focales en las que actuamos:
Para poder analizarlo correctamente debemos tener en cuenta los impactos que se producen a lo largo de toda la cadena de valor de nuestros productos: es lo que se conoce como “análisis de ciclo de vida” de los productos. Se evalúan los impactos provocados desde la producción de las materias primas hasta la eliminación y tratamiento de los residuos que puedan generarse, pasando por todas las etapas intermedias de producción de las materias primas y los productos acabados, su transporte, colocación en el mercado y uso.
Una vez analizados todos estos aspectos, para los productos detergentes y de limpieza del hogar se concluye que la fase con mayor impacto es la del uso, constituyendo hasta un 70-80% de los impactos ambientales totales.
Un ejemplo que puede ser muy ilustrativo: un detergente para ropa se usa con una dosis recomendada que puede estar en torno a los 50-60 g de producto para un lavado. En la lavadora, usaremos entre 42 y 62 litros de agua (según la eficiencia de la máquina). Una parte de esta agua se calentará para poder eliminar las manchas de forma más efectiva. Por lo tanto, en cada lavado consumiremos una cantidad elevada de electricidad para calentar el agua, así como una cantidad de agua también significativa. Y como hemos dicho, para una cantidad de producto bastante pequeña. En una fábrica tendremos consumos globales muy elevados para fabricar los productos, pero se fabrican centenares/miles de toneladas de producto, que si lo normalizamos a lo que representa por cada dosis de producto usada en el lavado da una cifra mucho menor.
Por lo tanto, desde un punto de vista de sostenibilidad, ¿dónde deberemos incidir más para que un detergente sea sostenible?
En el uso, en el momento de lavado. Como fabricantes, en Henkel invertimos en innovación e I+D para desarrollar productos que permitan reducir la temperatura de lavado, pero que a su vez sigan siendo igual (o más) eficaces. Así, apostamos por productos para el lavado de ropa reforzados con enzimas específicas para luchar contra distintos tipos de manchas a bajas temperaturas. Productos que además se disuelven rápidamente (por ejemplo, detergentes líquidos) para que puedan ofrecer toda su eficacia desde el primer momento y por eso seguir siendo efectivos en ciclos de lavado cortos.
Igualmente, para el lavado de la vajilla en máquina ofrecemos productos de alta eficacia para los programas “eco” que diseñan los fabricantes de estos electrodomésticos. Además, no estamos solos en este cometido: los fabricantes de electrodomésticos también juegan un papel esencial, desarrollando constantemente también modelos que reducen el consumo de agua y electricidad en los ciclos de lavado.
Como hemos visto en la estrategia “Factor 3” hay tres aspectos fundamentales encaminados a reducir la huella ambiental de los productos. Adicionalmente al momento del uso, estos factores son esenciales en nuestros procesos de fabricación. La reducción del consumo de recursos (energía, agua) y las acciones para evitar la generación de residuos son los elementos clave para conseguir nuestros objetivos.
En 2020, 10 años después de definir nuestra estrategia, ya hemos conseguido:
La optimización tecnológica de nuestras fábricas y la apuesta constante por ofrecer productos cada vez más concentrados nos permiten ir progresando decididamente en esta dirección.
Los envases contribuyen a la sostenibilidad de una forma sustancial. Buena parte de los envases se fabrican con diferentes plásticos y otros con papel o cartón.
El plástico es un material que tiene su origen fundamentalmente en materiales de origen petroquímico. Por lo tanto, su origen no es renovable. Para ello es esencial que en la fabricación de nuestros envases tengamos en cuenta diversos aspectos para su mejor aprovechamiento. Para esto, en Henkel hemos definido en su estrategia de envases sostenibles, por la que se establecen tres objetivos a conseguir en el año 2025:
Para ello, cada vez más nuestros envases están siendo producidos con materiales que pueden ser fácilmente seleccionados y posteriormente reciclados con los sistemas existentes en nuestro país. Paralelamente, en otros países se están realizando proyectos piloto para que los envases de detergente o suavizante para la ropa puedan ser rellenados en el punto de venta por los propios consumidores.
Asimismo, cada vez más se incorpora plástico que procede del material reciclado procedente de la recogida selectiva de los envases después de uso y posterior reciclado. Ejemplos de estas actuaciones son los suavizantes concentrados de Vernel que cuentan con una botella hecha de plástico PET 100% reciclado. Su etiqueta exterior también de plástico y que cubre totalmente el envase, incorpora una perforación que permite al consumidor separarla de la botella para así favorecer el proceso de reciclado del envase y asimismo conseguir un material reciclado de mayor calidad.
Otros ejemplos son nuestros detergentes para ropa en forma de cápsulas solubles, como Wipp Discs, Dixan Trio-Caps o Micolor Caps Adiós al separar. En los tres casos, el envase está compuesto por un recipiente de plástico (en este caso de polipropileno), el cual procede en un 50% también de plástico reciclado. Para aligerar el peso del envase, y por lo tanto contribuir a un uso más eficiente de los recursos, en envase va recubierto de una faja de papel (material procedente también de reciclado) la cual también tiene una zona con perforación que permita su separación del envase plástico por parte del consumidor y por lo tanto facilitar su proceso de reciclado.
Adicionalmente, Henkel a nivel internacional colabora con entidades sociales que promueven la recogida de los envases en países no desarrollados en los que no existe ningún tipo de sistema de recogida, selección ni reciclado, de forma que las personas que colaboran en estos proyectos pueden conseguir a cambio algún tipo de remuneración económica o en especie. Tenemos que destacar el proyecto de colaboración que tiene Henkel con la entidad Plastic Bank para implementar estos proyectos en países como Haití, Filipinas o Egipto que sufren un grave problema ambiental por los envases que acaban dispersos en el medio ambiente y finalmente en mares y océanos.
Finalmente, transmitimos y educamos al consumidor en las buenas prácticas para favorecer estos procesos de reciclado y evitar que los residuos de envase acaben esparcidos en la naturaleza.
Un aspecto muy importante en los productos es su concentración. Si el producto es más concentrado, la dosis de detergente que deberemos utilizar en cada lavado es menor. Por lo tanto, en un envase de la misma capacidad, podremos poner mayor número de dosis. De esta forma, para cada lavado, el material de envase que utilizaremos será menor, convirtiendo a ese envase en más eficiente, generando menos residuos que posteriormente deberán recogerse, reciclarse, etc.
Pero no acaban ahí las ventajas: desde un punto de vista logístico y de transporte, los productos concentrados suponen un ahorro muy importante por dosis de producto, con la consiguiente reducción de su impacto ambiental al reducir sustancialmente las emisiones a la atmósfera, por ejemplo, de CO2, por tonelada de producto.
El relanzamiento de todos nuestros detergentes líquidos con dosis significativamente más bajas que hace unos años (actualmente 50 ml de detergente por lavado cuando hace unos años eran de 75 o 90 ml) o el lanzamiento de nuevas generaciones de detergentes en cápsulas monodosis como Wipp Discs (25g de producto), Dixan Trio-Caps (apenas 13g de producto) o Micolor Caps Adiós al separar, son pasos muy relevantes en esta dirección.
Xavi Closa, responsable de I+D de Laundry & Home Care de Henkel Ibérica nos habla de cómo en Henkel aplicamos la sostenibilidad a nuestros detergentes